Una noche para sobrevivir

Una noche para sobrevivir El mafioso y asesino a sueldo Jimmy Conlon tiene una noche para averiguar dónde yace su lealtad: con su distanciado hijo Mike, cuya vida corre peligro, o con su mejor amigo de hace mucho tiempo, el jefe de la mafia Shawn Maguire, quien quiere que Mike pague por la muerte de su propio hijo.

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Mi critica, Que Jaume Collet-Serra es un director de los buenos es algo evidente. Podríamos decir que es más artesano (definición que adoro y que no es nada peyorativa) que autor, que también lo es, y sería muy sencillo ver en su obra lugares e intereses comunes, un particular universo propio, en especial en sus trabajos más próximos al fantástico que al thriller de acción. Uno de esos ítems autorales es el de la familia, las relaciones familiares: los hermanos de La casa de cera, ese disfuncional y malsano triángulo padre/madre/hija de La huérfana, el matrimonio (o matrimonios) de Sin identidad o el peso de una paternidad doliente en Non Stop. Y la familia (las familias por sangre y por amistad) es la gran y absoluta protagonista de este su mejor trabajo hasta la fecha: Una noche para sobrevivir.

Esa doble pareja de padre e hijo que acaban protagonizando una tragedia shakespeareana de muerte, venganza y huída, remite sin esconderlo al Camino a la perdición y proporciona las mejores y más entonadas escenas de esta trepidante película, las que reúnen a Ed Harris y Liam Neeson. Es este calado dramático el que hasta el momento no había aparecido en las películas de Collet-Serra, y el director catalán lo sabe plasmar de una manera excelente. Al igual que excelentes son las secuencias de acción y el uso, de nuevo, de una estructura cerrada (un museo, una casa residencial, un hotel, un avión y ahora Nueva York en una sola noche). Set pieces como la del acoso en el edificio (que acabará en llamas, otra constante del realizador) o la persecución automovilística vuelven a demostrar la pericia de Jaume Collet-Serra con los mecanismos del cine de acción. Vale, no puede evitar alguna que otra modernez (esas ráfagas a los Street Google que nos llevan de un punto a otro de la metrópoli), pero el resto es de un clásico digno de aplauso. Porque, bandas criminales irlandesas dignas de las novelas de Dennis Lehane aparte, Una noche para sobrevivir es un western. Es un western de John Sturges. Es El último tren de Gun Hill, otra historia de amigos enfrentados por los pecados de los hijos que saben que, tarde o temprano, cruzarán al otro lado juntos.